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Etapa 1: Lunes 4 de Agosto'08


Como mis compis del piso en el que vivo estaban de vacances, lo tenía todo alborotao. La ropa, la comida que pensaba llevar para el viaje y demás trastos para el viaje lo tenía todo desperdigado por todas partes con la esperanza de que todo me entrase en las alforjas.

Monté las alforjas y cuando por fin las llené eran ya las 16.30h. Me vestí con las ropas elegidas para esa primera jornada de viaje, que... por discreción, no fueron los colores de mi club ciclista "el Club Ciclista Donostiarra".

Finalmente, cerré la puerta tras de mí a las 17h en punto y quise pasar por la playa de La Zurriola para echar una última mirada al mar y despedirme de él por unos días y con la convicción de que esa primera noche alejado de casa la pasaría en el valle del Baztán.

Los primeros kms. transcurrieron sin problemas, excepto de que me percaté de que la presión de la rueda trasera no era la adecuada, por lo que me detuve tras dejar atrás Rentería en la gasolinera de Carrefour de la N-1. Tras esto, pude incrementar el ritmo, ya que al principio iba pendiente de que los bultos de las alforjas no se desequilibraran.

Dejé atrás Irún y Behobia pasadas las 18h y continué por la N-121 atravesando Bera, Sunbilla y llegando a Santesteban desde donde me dirigí hacia el Baztán pasando por Irurita y Elizondo. A la entrada de Elizondo ví un Super BM abierto y entré a comprar la cena, el desayuno del día siguiente y fruta y agua para ir reponiendo las fuerzas durante el camino.A estas alturas del día eran ya más o menos las 21h por lo que ya pronto iba a empezar a oscurecerse el cielo. Por esto, una vez fuera de Elizondo, mi prioridad ya fue la de buscar un buen sitio donde pasar esa mi primera noche fuera de casa.Localicé un buen sitio en las proximidades de Aintzialde (pueblo que ni siquiera llegué a ver) y me preparé para pasar mi primera noche al raso.Como cuento en el video ese primer día de ruta cubrí una distancia de 74 kms en menos de 4 horas de pedaleo. Un día relajado por carreteras ya conocidas a excepción de los últimos 20 kms de la etapa.



La noche al raso transcurrió sin más incidentes que la visita de un lugareño que paseaba al perro para levantarle el instinto de caza. Tras despedirme de ellos, me quedé solo y me metí al saco con la sóla compañía de una pequeña radio.Cuando empezó a refrescar, apagué la radio y me "encerré" en el saco.

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